
El lunes recibí por whatsapp una foto con un título: «El Mar. La Mer». Me lo enviaba mi amigo J desde Normandía, donde vive. J es hispanofrancés, creo o quiero creer que lo es más que francoespañol. Realmente da lo mismo. Es mi amigo, mi gemelo unos años mayor, y la tecnología me ayuda a tenerle cerca, hablar con él y hacer real lo que simplemente hubiera sido una añoranza de nuestros años jóvenes. Cuando recibí su mensaje me vino a la cabeza la imagen de mi padre cantando «La Mer», una de sus canciones favoritas.
Luego abrí YouTube y escuché la canción y ya la cosa iba de sentimientos, de la proximidad de un amigo que está lejos (el de Amistad), de volver a ver a mi padre, dentro de mi cabeza, después de treinta años. Iba de sentimientos. Aunque mi mar no está en Normandía. Mi mar es el Mediterráneo, el que siempre me trae a «Ella, mis hijos, mis padres, mi hermana, mi abuela, mis tíos y primos, recuerdos de muchos veranos en la niñez, la adolescencia, la juventud, la madurez y a las puertas de la vejez.. Tantos lugares, tantos paseos, tantos momentos,…» El mar en el que Ella y yo somos felices, nuestro Mar.
El mar me ha agitado el corazón de por vida.
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Gracias.
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A tí
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