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Hoy es el día de los enamorados, naná, naná, na, nanana…

Llevo todo el día con esa musiquilla dentro de la cabeza. Me resulta inevitable y es habitual, se me mete una música en la cabeza y allí se queda todo el día aunque no me guste. Hoy tiene sentido. Nunca he celebrado esa fecha que considero un mero reclamo comercial pero, desde el primer noticiario de la Ser que he escuchado al despertar, hasta ahora mismo. El machaqueo recordatorio se ha prolongado sin descanso por tierra, mar y aire. La canción no me gusta pero pertenece a una película que vi de niño y se hizo hueco en mis recuerdos. La memoria es caprichosa.

Yo tenía cinco años cuando se estrenó la película en 1959. Seguro que la vi en el segundo o tercer reestreno, probablemente en el cine «López de Hoyos» muy cerca de mi casa. La vería con mis padres, ir al cine era una pequeña fiesta familiar y, en aquellos años, no había mucho para elegir. ¿No sabes lo que es eso del segundo o tercer reestreno? Las películas tenían una vida larga que comenzaba en los cines de la Gran Vía o Fuencarral. Continuaba, unas semanas después, en algunos cines destacados de capitales de provincia y cines principales de barrios de posibles. Luego llegaba a otros barrios en cines que mantenían un cierto estatus y sesiones numeradas (en ellas sabías dónde te sentarías al comprar tu entrada que te daba. derecho a dos películas, precedidas por el nodo y con horario fijo. Finalmente, las películas prolongaban su vida en auténticos «palacios de las pipas» de sesión continúa a los que podías entrar y salir cuando te parecía oportuno y te sentabas dónde hubiera sitio. Un recorrido de meses y meses que terminaba en salas improvisadas en los pequeños pueblos y en colegios e institutos. Meses después llegaban a la tele de un sólo canal, por supuesto en blanco y negro.

La película, con el tiempo y sin pretenderlo, se ha convertido en un muestrario de recuerdos de mi infancia y de la caspa de aquella España gris contada en tecnicolor (la Tuna incluida).

Y ese final con San Valentín volviendo al cielo en el ascensor de «La Torre de Madrid», entonces el edificio más alto de España y muestra de la «modernidad» que la dictadura quería enseñar.

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4 respuestas a “Hoy es el día de los enamorados, naná, naná, na, nanana…

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