
En estos días oigo hablar continuamente de Mallorca a costa del regreso del turismo alemán a la isla. Lo oigo con envidia y ganas de poder moverme, tengo ganas de Mediterráneo. Finalmente se me ha metido un sonsonete en la cabeza que mezcla unas cuantas cancioncillas, muy populares en mi infancia y adolescencia, todas ellas referidas a Mallorca.
Las he buscado. Me sonaba que, en aquel entonces, se celebraba un festival de la canción que premiaba canciones referidas a la isla. Las que yo recuerdo eran divertidas, pegadizas y musicalmente ramplonas pero, aquí están, dentro de mi caletre: «La turista 1.999.999», «Me lo dijo Pérez» y «El Puente». Entonces me hubiera negado a reconocer que se me pegaban pero, lo cierto, es que lo hacían.
Wikipedia me cuenta que el «Festival Internacional de la Canción de Mallorca» se celebró en Palma entre 1964 y 1970. Y que su convocatoria primaba la presentación de canciones que promocionaran Mallorca como destino turístico. Nicolás Ramos cuenta que los temas que se convirtieron en los más populares no consiguieron el primer premio. Transmitían buen rollo, diversión y, supongo, que algo habrán contribuido al éxito turístico de Mallorca.
Un éxito que permitió que Mallorca no fuera sólo el objetivo del viaje de novios de la generación de mis padres. Ese fue su caso y el de mis suegros. No sólo de ellos, también el de «el verdugo» de Berlanga. Al que buscaba la Guardia Civil, megáfono en mano, en las Cuevas del Drach para que volviera a Madrid a ejercer su oficio. Ahora las Baleares son referente internacional del turismo, hasta el punto de que un indecente diputado alemán propuso que su país nos comprara la isla.

Quizás te guste ver otras entradas: