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Era una bella y soleada mañana hasta que vino un hijo de p… y la j…

Marta Shokalo, editora de la BBC en Ucrania, cuando contaba como había salido de Kiev, huyendo de la invasión rusa el pasado 25 de febrero escribía: «Era una bella y soleada mañana, con las primeras señales de primavera en el campo. Era completamente surrealista». Marta daba importancia al valor de las pequeñas cosas que antes le hacían feliz: «Pasamos cerca del arbusto de moras donde el verano pasado fuimos felices recogiendo frutas. Hoy estaba otra vez feliz pero de una manera completamente diferente -contenta de haber salido de Kiev, feliz de estar con vida, feliz de haber llegado con mi hijo a un lugar seguro».

Leyendo aquellas líneas me vino a la cabeza aquella frase que decía «Era un día tranquilo y feliz hasta que vino un hijo de puta a joderlo». De ese concepto parece nacer el comienzo de la película de Chaplin, «El gran dictador».

Cambia ese patético y ridículo dictador, inventado por Charlot para hablar de Hitler por cualquiera de los aspirantes a tener el mundo en sus manos, el mismo Hitler, Stalin o, actualmente, Putin. Objetivamente todos igualmente patéticos, ridículos, sanguinarios y criminales, todos lejanos a la intencionada inocencia de aquella película. Todos próximos a esa caricatura.

Ojalá pronto llegue el día que el discurso de Chaplin no suene a utopía lejana por inviable.

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Jamala, Ucrania, 1944: «No pude pasar mi juventud aquí, porque os llevasteis mi paz»

Nunca he sido un forofo del Festival de Eurovisión, más bien todo lo contrario, como habéis podido leer cada vez que ha cuadrado hablar de él en este blog. Lo cierto es que siempre ha dado motivos para la conversación, la escritura y, por supuesto la risa.

En el 2016 una chica ucraniana, Jamala, consiguió el primer puesto del festival con una canción, «1944», cantada en tártaro y en inglés, que hablaba sobre la deportación de los tártaros de Crimea, ordenada por Stalin en 1944, Cuenta la historia de la bisabuela de Jamala que sufrió esa deportación mientras que su marido luchaba contra los nazis en el «ejército rojo» bajo las órdenes del mismo dictador que los expulsaba de su tierra, una tierra machacada por dos bestias asesinas, Hitler y Stalin.

«No pude pasar mi juventud aquí, porque os llevasteis mi paz» es el estribillo de la canción y es, además, una frase que Jamala recuerda haber escuchado a su bisabuela Nazylkhan y que, ahora, ella misma lo puede cantar en primera persona. Y lo hace desde un programa, «Germany 12 points», de la televisión alemana, un previo al próximos festival de Eurovisión. También ella ha tenido que huir de Ucrania, con sus hijos mientras su marido se queda a luchar. La misma historia. Son víctimas de otro perro de la guerra, Putin, que parece querer emular a Hitler y Stalin.

Ayuda a Ucrania.

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