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Sabrina Salerno: Boys, boys, boys o boing, boing, boing

Octubre 1987, «Boys, boys, boys» llegó al número 1 de los 40 principales. No recuerdo como llegó a ese puesto porque por su calidad musical no creo que fuera. Ese final de año se lio a lo grande. Sabrina, la que cantaba aquel tema, participó en la gala de fin de año y se le escapó una teta mientras actuaba. El poster con la escena pasó a presidir las habitaciones y carpetas de los adolescentes. Mi hijo mayor tenía sólo seis años y, sin embargo cantaba «Boing, boing, boing, Sabrina va en tetas»

Debutó en el «Un, dos, tres» cuando vivíamos los tiempos de la televisión con sólo dos canales. Una semana después protagonizó la portada del «Interviú». En octubre había llegado al número 1 de los 40 principales y, con esas credenciales compartió cartel en el programa de fin de año con artistas como Martes y Trece, Luis Eduardo Aute, Miguel Bosé, Camarón de la Isla, Duncan Dhu, Dúo Dinámico, Hombres G, Rocío Jurado, Radio Futura, Eros Ramazzotti, Joaquín Sabina, Donna Summer o Dionne Warwick. Interpretó dos canciones: «Boys, boys, boys» en primer lugar (con esa ya consiguió que nuestros ojos sólo prestasen atención a sus atributos). En segundo lugar, «Hot Girls» y allí se «salió de madre». Creo que nadie recuerda del resto de actuaciones.

Sabrina ha defendido siempre que fue un «accidente» y que la decisión de emitir la grabación, hecha unos días antes, fue del productor de la gala, Hugo Stuven, con el visto bueno del representante de la cantante y de la entonces directora general de TVE, Pilar Miró. Sin que ella supiera nada. Lo cierto es que esa teta la lanzó al estrellato. Al parecer tiene el récord de portadas de «interviú».

Por alguna extraña razón todos asociamos aquella teta a «Boys, boys, boys» (que realmente se llamaba «Summertime Love») pero no fue esa canción la verdadera protagonista.

Cuentan las crónicas que cuando se reencontraron Sabrina y Stuven el conflicto se saldó con un sonoro bofetón acompañado de un ¡Vaffanculo, stronzo di merda!», traducido: «Vete a la mierda, gilipollas». Luego llegaron años de «éxito» que trajeron de la mano un extraño personaje de origen brasileño que, con el sobrenombre de Sabrina Boing Boing, posó dando de mamar a un ternero. O la creación de un equipo de futbol sevillano, la Società Sportiva Sabrina Salerno, en su memoria.

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