
En casa siempre hemos valorado mucho el sentido del humor y La Trinca lo tenía por toneladas. Algo les habíamos pillado escuchándolos en catalán pero en 1983 publicaron su primer disco en castellano: «Quesquesé se merdé», desde entonces se ganaron un merecido puesto entre esas canciones que siempre recordamos y cantamos.
Hasta fueron capaces hasta de sacarnos una sonrisa recordando la siniestra noche del 23 F, porque son ciertas muchas de las cosas que cantaron y contaron en «La danza del sable» y del primero que hay que saber reírse es de uno mismo.
Pero en aquel disco había humor para todos los gustos: político, picantón escatológico o, simplemente, faltón. Como es debido.
Y utilizando todo género de inspiraciones musicales, desde el swing hasta la más clásica de las clásicas, la quinta sinfonía de Beethoven.
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Buenísimos!!! Tenían ese humor que se llamaba inteligente, tan escaso actualmente.
Un abrazo.
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