
En 1968 la dictadura quería presentar una cara amable ante Europa y eligió a Joan Manuel Serrat para representarnos en el festival de Eurovisión. Entonces Serrat era joven, 26 años, tenía gran predicamento en la población femenina y encarnaba aquello que se llamó «la canción protesta».
La llamada «Gauche Divine» de Barcelona le presionó para que no lo aceptara. Para ellos era una traición al catalanismo, una bajada de pantalones ante la dictadura y una concesión a intereses comerciales. Serrat propuso cantar en catalán, aunque fuera sólo una estrofa, y la reacción del régimen fue sustituirle por Massiel.
Todo lo que fuera molesto para la dictadura ya me resultaba atractivo, aunque yo sólo tuviera catorce años. Le miré con simpatía y recibí con el corazón partido el único triunfo de España en Eurovisión.
Cuarenta años después, en el 2008, Buenafuente presentó como candidato para representar a España en Eurovisión a un cómico de su programa, Rodolfo Chikilicuatre (David Fernández), con una canción con letra de Santiago Segura y música de Pedro Guerra. La canción, «El baile del Chiki Chiki» barrió en votos y fue elegida como representante de España. Participó tocando una guitarra de juguete y acompañado por unas bailarinas de pega. Una de ellas era Silvia Abril interpretando a Gráfica, bailarina torpe vestida de rosa.

Rodolfo Chikilicuatre logró unas espectaculares cifras de audiencia: 13,9 millones de españoles, vimos su actuación (yo desde un bar esperando para entrar en un cine) y un 78,1% de cuota de pantalla. Aunque en el festival consiguió algún abucheo y un decimosexto puesto. En cualquier caso mejoró notablemente los resultados de años anteriores. Aquella democrática burla a un festival muy casposo me encantó.
Mientras que escribo estas líneas se celebra el festival de Eurovisión 2021. No lo estoy viendo pero antes de colgar esta entrada miraré como ha quedado nuestro representante, Blas Cantó, del que ignoraba su existencia y que interpreta una canción que no creo haber escuchado nunca y que, a través de «San Google» se que se llama «Voy a quedarme».

Quizás te guste ver otras entradas:
Lo de siempre, un desastre
Me gustaLe gusta a 1 persona
Esperable. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No es un concurso que me atraiga mucho. Pero, está demostrado que nos aporta mejores resultados cuando España envía a alguien en plan cachondeo que, cuando se esmeran en buscar una canción demasiado sentimental. Y por supuesto, con la final de ayer, queda demostrado una vez más que al público le atrae más el rock que el sentimentalismo. El público quiere espectáculo. Es mi opinión.
Me gustaLe gusta a 1 persona
👍😜🤘
Me gustaMe gusta
Nunca me han gustado los festivales, o mejor dicho los premios. Desde luego esté puede que influyera mucho cuando era petit para que no me gustaran nada. En su momento no entendí ni jota del debate entre los proserrat y los antiserrat, pero descubrí que en una zona de España parecía que hablaban otra lengua diferente. No recuerdo la explicación de mi padre sobre eso de otra lengua, pues sería farragosa y confusa.
Me gustaLe gusta a 1 persona